Las cuates Yearly y Nayely Conchas y Dayana Conchas ya están cuidando al niño Dios, asegurando que la tradición familiar continuara.
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“Desde que estamos viviendo esta tradición en nuestra familia, he notado que ha promovido la unión familiar”, la señora María Pacheco dijo. “Por ejemplo, este año no iba a poder hacer las posadas pues comencé en un nuevo trabajo y por el horario se me hacia muy difícil. Toda la familia estaba muy triste, no lo podían creer. Me decían, ‘¿Como que no va a haber posada este año?’. Y yo sintiéndome muy mal pensaba: ‘esto no se puede acabar’”.
El Catecismo Católico dice que la Epifanía es la manifestación de Jesús como mesías de Israel, hijo de Dios y salvador del mundo. Manifiesta que la multitud de los gentiles entran a la familia de los patriarcas.
Estos hechos han dado pie a la tradición de arrullar y vestir al niñito Jesús o niñito Dios. Familias posean una figura del niño Dios, que durante la víspera de Navidad, se le adora, se le reza, se le arrulla y se pone en el pesebre del nacimiento. Posteriormente la familia tiene una cena de convivio familiar.
El día 6 de Enero, la familia se vuelve a reunir para partir la “Rosca de Reyes” que es un pan dulce en forma de un anillo que representa el infinito, principió y fin, alfa y omega. El pan esta decorada con frutas, representando joyas que decoran la corona del rey de reyes. Escondida en el pan dulce esta la figurita de un bebe que representa al niño Dios.
A las personas que les toque la figurita del niño Jesús es porque el los ha escogido para que sean su padrinos y serán los encargados de velar por el y tendrán que cuidarlo durante todo el año. También deben vestirlo con trajes preciosos para llevarlo a presentar en el templo el día 2 de febrero, ya que según la antigua usanza, a los 40 días de nacido se llevaba al bebe a presentar al templo.
Posteriormente a la presentación en el templo, en casi todas las iglesias se ofrecen misas para bendecir a el niño Dios. Los padrinos ofrecen la tradicional tamalada aunque casi siempre lo hacen con la ayuda y cooperación de toda la familia. Al termino de esta cena, los nuevos padrinos se llevan al niño Dios.
La señora Pacheco, originalmente de México, cuenta como fue que empezó la tradición en su familia. Alrededor de 35 años pasados uno de sus hermanos se caso y su esposa le regalo una figura del niño Dios a su mama. La madre de la familia fue quien comenzó a hacer la acostada del niño Dios en la familia.
“Después de muchos años se quebró y mi cuñada le regalo otro. Y hace como 10 años mama, sintiéndose ya mayor, me lo paso formalmente, pidiéndome que siguiera con la tradición y no permitiera que se rompiera si ella llegara a faltar algún día”, la señora Pacheco dijo.
Hay nueve hermanos, cinco hombres y cuatro mujeres. La señora Pacheco se sentía muy honrada que su mama la escogiera a ella y su esposo y no quiere que si llega a faltar la costumbre se termine.
“Vamos haciendo las nueve posadas una en cada casa y el día 24 en mi casa donde se arrulla el niño. La ultima posada nos traen los peregrinos a mi casa y después de que rezamos el Santo Rosario hacemos la acostada del niño Dios y posteriormente después de la arrullada hacemos una cena navideña”.
Los nueve hermanos, 34 nietos y 16 bisnietos, hacen que se arme un gran festejo lleno de risas y alegría. El 2 de febrero los padrinos, con ayuda de toda la familia, organizan la tamalada, para levantar, vestir y llevar al niño al templo. Mientras se le reza, se le canta y se le hace su adoración para que todos le den su besito y agarran un dulcecito, la señora Pacheco dijo.
La tradición de esta familia se logro, cuando un día antes de comenzar las posadas, le cambiaron el turno a la señora Pacheco resultando que todos los nueve días solo uno le toco trabajar de noche. Pidió y recibió permiso de salir temprano y en un solo día organizaron todo.
“Me sentí muy bonito que mi esposo y mis hijas no aceptaran que no hubiera posada y me gusta que ellos no quieran que se termine. Y bendito Dios, pude hacer las nueve posadas”, la señora Pacheco dijo. “Es un alegría ver que todos están informándose para estar en todas las reuniones familiares, posadas y acostada del niño Dios.
Una sobrina de la señora Pacheco se caso y se fue a vivir fuera y ya tiene su niño Dios y esta haciendo la tradición de la acostada del niño.
“Este tipo de tradiciones acercan a la religión a los niños que ahora solo saben pedir cosas y juguetes a Santa Claus. Les recomiendo mucho a todas las familias que no vivan esta tradición, comenzarla”, la señora Pacheco dijo.