El espíritu de la Navidad inunda el ambiente; las mentes y corazones de la gente se preparan para celebrar la llegada del niño Dios. Las iglesias se visten de largos velos morados. Se ha iniciado el Adviento y también un año nuevo en la Liturgia de la Iglesia Católica. Los niños van creciendo y aprendiendo de las cosas de Dios a través de sus padres, abuelos y comunidades Cristianas. El tiempo de Navidad es ideal para alimentar el espíritu e ir creciendo en amor y comprensión de la Fe y la esperanza de la vida eterna.
La alegría y entusiasmo que trae consigo la Navidad llenaron las paredes y jardines, de la Parroquia de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, Madre de la Iglesia, donde más de 350 personas se reunieron la noche del 16 de diciembre. Su párroco el Padre Fernando Gámez dio la bienvenida a los feligreses y anunció complacido la primer Posada, o el primer día del novenario que prepara a la gente para recibir la Navidad: “’Dejad que los niños vengan a mi’ - que ellos traerán a sus padres a la Iglesia," dijo el Padre Fernando, citando las palabras de Jesús.
El bullicio infantil empezaba a cantar titubeante: Belén campanas de Belén que los ángeles tocan… hasta escucharse de manera más clara, la letra del Villancico junto a las cuerdas de una guitarra. Todos empezaron a salir ordenadamente de la Iglesia, para dar inicio a la procesión, encabezada por un niño, vestido de José y una niña vestida de María, a la usanza Palestina de aquellos años en que principia el Evangelio, también un grupo de ángeles rodeaba a los “Santos Peregrinos.” Caminaron y caminaron por entre las calles del barrio de los Encinos, cantando y rezando el Rosario y en verdad cansados, llegaron a pedir posada: -…. En el nombre del Cielo os pido posada pues no puede andar mi esposa amada...y pues no les dan Posada. Lo mismo hacen varias veces frente a las casas, hasta que finalmente se abren las puertas del salón Parroquial donde cantando con alegría les responden: (quienes se suponen son dueños de la casa) -…Entren Peregrinos no los conocía.
Pasa un momento de reorganización y empiezan las presentaciones el coro de niños y niñas dirigidos por su maestra de catecismo canta ‘Noche de Paz’, otra niña recita un poema y finalmente el grupo de estudiantes que se prepara para recibir el Sacramento de la Confirmación presenta una Pastorela titulada: La Estrellita de Belén.
Estas tradiciones Navideñas se iniciaron cuando los misioneros españoles llegaron a América y trataban de evangelizar a los naturales del área y lo mismo sucede ahora con las enseñanzas catequistas. Las Pastorelas son cuentos mágicos, de la vida de los pastores, donde se representa la lucha entre el bien y el mal. La parte festiva es expresada por los niños que cantando rompen una piñata de siete picos, porque siete son los pecados capitales, que al ser destrozados dan salida a la vida de la Gracia, en forma de dulces y frutas que alimentan la alegría por el Nacimiento de Jesús después de las penurias por las que pasan José y María.