BASTROP, Texas (CNS) -- La parroquia Ascensión en Bastrop, Texas, ha estado sirviendo como refugio y centro neurálgico para los esfuerzos de socorro relacionados con los incendios forestales en el estado.
Hasta el 7 de septiembre incendios forestales han sido listados durante 296 días consecutivos en un Texas azotado por sequía. Pero en la reciente oleada de llamas a principios de septiembre más de 1,000 casas han sido destruidas en el estado y cuatro muertes han sido atribuidas a los incendios.
“No estamos rechazando a nadie”, dijo Steve Venzon, uno de cuatro feligreses de Ascensión que están tomando turnos diarios de seis horas para dirigir los esfuerzos en la iglesia. El pueblo de Bastrop y el condado Bastrop están en el corazón de la zona del fuego en la Diócesis de Austin, Texas, compuesta de 25 condados.
Ascensión comenzó a alojar sus primeros evacuados el 4 de septiembre, pero rápidamente llenó su salón parroquial. Los evacuados se movieron al edificio parroquial de educación religiosa, donde 50 personas se estaban quedando, dijo Venzon a Catholic News Service durante una entrevista telefónica el 7 de septiembre.
Venzon añadió que el edificio de educación religiosa tenía catres para 200 y que esperaba una oleada de evacuados con el cierre del refugio de emergencia de la Cruz Roja. Él dijo que la parroquia, la Cruz Roja y la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA) estaban coordinando esfuerzos; con una declaración federal de estado de emergencia del 7 de septiembre para las zonas impactadas, FEMA puede juntar más recursos para ayudar a aquellos afectados por los incendios.
Si el edificio de educación religiosa se llena, dijo Venzon, ellos añadirían espacio para camas en el salón parroquial. “Después de eso, Dios nos ayude”, añadió.
Venzon dijo que el pastor, padre Rafael Padilla Valdez, estaba en la primera semana del primer nombramiento parroquial de su sacerdocio cuando azotaron los incendios forestales. “Él ha hecho un trabajo notable”, él dijo.
Christian González, director de comunicaciones para la Diócesis de Austin, dijo que los incendios forestales eran una combinación de sequía y calor -- la zona de Austin ha tenido más de 80 días de temperaturas altas en los 100 grados este año -- además de una fuente irónica: el huracán Lee.
Aunque la tormenta tropical nunca empapó Texas, esta estuvo lo suficientemente cerca para que sus vientos “se chuparan alguna de la humedad que teníamos” en el aire, dijo González.