WASHINGTON (CNS) -- Los directores de los comités de política internacional y nacional pidieron al Comité Conjunto Selecto Sobre Reducción del Déficit, popularmente conocido como el “supercomité”, recordar a los pobres y vulnerables mientras diseñan un plan para atender el déficit financiero de la nación.
En este esfuerzo ustedes examinarán datos, tablas y presupuestos alternativos interminables”, dijeron el obispo Howard J. Hubbard de Albany, Nueva York, director del Comité Sobre Justicia y Paz Internacional, y el obispo Stephen E. Blaire de Stockton, California, director del Comité Sobre Justicia y Desarrollo Humano Nacional, en su carta del 31 de agosto.
“Detrás de todos esos números hay personas que servimos todos los días en nuestras parroquias, escuelas, hospitales, refugios y comedores púbicos. Los más pobres y más vulnerables no tienen cabilderos poderosos, pero tienen las más apremiantes necesidades y un reclamo especial a nuestras consciencias individuales y opciones nacionales, especialmente en estos tiempos de desempleo masivo, creciente pobreza y creciente hambre”, ellos dijeron.
El supercomité, compuesto por seis miembros del Senado y seis de la Casa de Representantes, y divididos igualmente entre demócratas y republicanos, fue creado como parte de un trato logrado en agosto para aumentar el límite de la deuda nacional. Este se reunirá por primera vez el 16 de septiembre y para el Día de Acción de Gracias tiene que recomendar recortes por $1.5 millones de millones distribuidos durante 10 años. Si sus recomendaciones no son aceptadas, se activarán recortes de $1.2 millones de millones distribuidos durante 10 años, la mitad involucrando gastos de defensa.
“Un marco de trabajo justo para presupuestos futuros no puede depender de recortes desproporcionados en servicios para personas pobres y vulnerables. Estos programas tienen que hacerse más eficaces, eficientes y receptivos y debemos trabajar para fortalecer y mejorarlos sobre una base continua”, dijeron los obispos Hubbard y Blaire.
“Sin embargo, sería erróneo equilibrar presupuestos futuros hiriendo a aquellos que ya son más heridos al recortar programas como ayuda extranjera, programas de vivienda asequible, nutrición infantil y servicios médicos”, dijeron.
“Toda decisión presupuestaria debe ser evaluada por si protege o amenaza la vida y dignidad humanas”, dijeron.