No tengas miedo de tener la mejor Cuaresma que hayas tenido

 

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Norma Jean Songer, a nurse at the Corpus Christi State Living Center, receives ashes from Catholic Charities staff member, Sister Letiza Lo-Re, SSA on March 6, 2019.  Every year Catholic Charities distributes ashes to both staff and residents at the center.  Ash Wednesday on Feb. 26 marks the 2020 season of Lent.

Mary Cottingham | STC

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La Cuaresma nos brinda una excelente oportunidad para profundizar en nuestra fe. Algunos de nosotros elegimos renunciar a alguna cosa durante la Cuaresma, muy comúnmente a un “lujo” como al chocolate o a los dulces. Hace unos años, participé en un programa llamado Exodus 90. El programa no es para todos. Se hacen muchos sacrificios cada día, y se lleva un estricto régimen de oración. Pero viviendo todo esto, vi una transformación en mí mismo. El objetivo del programa es dejar de pecar y a cambio de ello,  asumir una serie de disciplinas espirituales.

Muy a menudo, hay cosas como los pecados que nos alejan de Dios. Puede ser que sepamos que debemos trabajar en ellos para crecer en santidad, pero no estamos seguros de cómo hacerlo. Aprendí que con la ayuda de una comunidad honesta que me hizo ser responsable, aunado a una  disciplina de oración y  sacrificio, pude abandonar los hábitos pecaminosos y adoptar los santos.

Con frecuencia la gente piensa que los jóvenes no son capaces de asumir disciplinas tan estrictas. Sin embargo, en la Cuaresma pasada, le di a un grupo de adolescentes un desafío, cada semana para hacer componentes de Exodus 90, conmigo. Las partes principales de nuestros ejercicios fueron oración, ascetismo o abnegación (olvido de uno mismo) y comunidad. Quizás no puedan hacer todas las prácticas a la vez, pero si realizar una o dos por semana e ir cambiando éstas, cada semana, puede ayudar a entrar más plenamente en el espíritu de la Cuaresma. 

A continuación les doy algunas ideas que podrían utilizar para desafiarse a sí mismo o invitar a otros a que lo hagan con usted.

Oración

• Reservar 20-60 minutos al día para la adoración.
• Rezar el rosario.
• Meditar en las lecturas diarias de las Escrituras.
• Asistir diariamente a la Hora Santa.
• Asistir a misa diaria.
• Leer un libro espiritualmente enriquecedor y desafiante.

Ascetismo

• Tomar duchas cortas y frías.
• Practicar ejercicio regularmente e intenso.
• Dormir toda la noche.
• Abstenerse de postres y dulces.
• Abstenerse de comer entre comidas.
• Abstenerse de refrescos o bebidas dulces.
• Abstenerse de los videojuegos.
• Abstenerse de compras no esenciales.
• Escuchar solamente música que eleve el alma a Dios.
• Usar solamente la computadora para el trabajo, la escuela o tareas esenciales.
• Utilizar solo dispositivos móviles para la comunicación necesaria.
• Practicar los días de ayuno: los miércoles y viernes (abstenerse de comer carne y solo comer una comida completa, así como dos comidas más pequeñas que juntas no son iguales a una comida completa).

Comunidad

• Reunirse semanalmente con un grupo de personas para hablar sobre cómo le está yendo en su viaje espiritual y admitir si fracasó de alguna manera.
• Alentarse mutuamente durante la semana para mantener sus disciplinas espirituales.
• Reunirse durante la semana para rezar juntos.

Cada semana nos reuníamos para discutir cómo estábamos y alentarnos mutuamente, incluso si no manteníamos la disciplina durante toda la semana.

Puede parecer una locura, pero es posible hacer todas estas cosas, aún durante más tiempo que los 40 días de Cuaresma, se puede hacer también por 90 días. Lo fantástico de tomar estas prácticas durante una temporada en tu vida es que te ayuda a darte cuenta de lo que es esencial y de lo que no lo es.

La idea es que trates de elegir al menos un componente de cada categoría para practicar cada semana y luego cámbialo cada semana. Por ejemplo, una semana, lean juntos un libro de la Biblia. Recen el rosario diariamente y absténganse de todas las redes sociales.

La parte crucial sobre la Cuaresma es recordar, que incluso si fallas en alguno de los propósitos, recuerda que Cristo cayó tres veces cargando la cruz. Pero aunque cayó, volvió a levantarse para continuar su viaje. Entonces, aunque usted y yo podamos caer, debemos volver a levantarnos lo antes posible y continuar nuestro viaje hacia la santidad.

Por lo tanto, le desafío; no importa en qué etapa de la vida se encuentre, renuncie a algún pecado en su vida y decídase por la oración y el ascetismo en esta Cuaresma con algunos amigos cercanos, que le ayudarán a crecer en santidad.

(Zachary Everett es Director del Ministerio de Jóvenes y Jóvenes Adultos de la Diócesis de Corpus Christi).