El obispo Mulvey y Leticia Mondragon posan durante una entrevista para Be the Match. Mondragon es especialista en desarrollo y compromiso de donantes con GenCure en asociación con Be the Match.
Julie Stark | STC
Si bien a veces parecen estar en los extremos opuestos del espectro, la generosidad y el agradecimiento están más conectados de lo que podrían parecer inicialmente. Con un acto desinteresado de amabilidad hacia un extraño, sin expectativas de reembolso o reconocimiento, se crea un espíritu genuino de entrega. Ese espíritu estaba realmente presente cuando el obispo Michael Mulvey eligió participar y registrarse como donador de médula en la organización; ‘Sé Compatible’ o ‘Be the Match’. El registro conecta a los pacientes que buscan una cura con donantes de médula ósea que salvan vidas.
“Cuando me asignaron en Austin hace años, una de nuestras feligreses muy caritativa y activa, estaba inscribiendo personas para Be the Match”, recordó el obispo Mulvey. “Aprecié su compromiso y dedicación a esta causa, y después de escuchar más sobre el registro, me inscribí”.
Su decisión de hacer la prueba de donación de su médula ósea, resultó ser un momento que resonaría no solo en su vida sino también en la vida que salvaría. Como sucedió, el obispo Mulvey tuvo una compatibilidad perfecta, para una mujer con niños pequeños que tenía una forma de cáncer de sangre. Después de ser contactado por Be the Match, se hicieron arreglos para que el obispo fuera a San Antonio y se sometiera a una donación periférica de células madre, lo que salvó la vida de la mujer.
Según el obispo Mulvey, pasar por este procedimiento para poder ayudar a otra persona fue una experiencia de humildad. “Sabiendo que debido a la vida que me ha sido dada por Dios, pude retribuir y hacer una gran diferencia en la vida de esta persona, en la vida de sus hijos y de su familia es algo en lo que he pensado con bastante frecuencia”. dijo.
Aunque el obispo Mulvey nunca ha conocido a la destinataria de su donación, él ha sido muy consciente de la existencia de esa persona y le agradece a Dios, el haberla podido ayudar.
La historia del obispo Mulvey es una que ejemplifica la importancia de dar. Subraya la necesidad constante de que las personas aprendan más sobre Be the Match, de manera que un grupo más diverso de gente, pueda estar disponible en el registro de donadores.
“Cada tres minutos, alguien es diagnosticado con un cáncer de sangre o un trastorno sanguíneo potencialmente mortal, como leucemia o linfoma”, dijo Leticia Mondragon. Mondragon es especialista en desarrollo y compromiso de donantes con GenCure en sociedad con Be the Match. “Es un proceso muy simple enlistarse en el registro de donadores porque recientemente nos hemos vuelto digitales. Las personas pueden hacerlo en sus teléfonos inteligentes, de manera fácil, porque queremos que toda la gente con diferentes orígenes étnicos esté representada”.
Según Mondragon, el donante debe ser compatible con la persona necesitada según su origen étnico, no según el tipo de sangre. Los donantes deben tener entre 18 y 44 años de edad y seguirán siendo elegibles para donar hasta que cumplan 61 años. Y enviando un mensaje de texto a CureCC al 61474, el proceso de inscripción es relativamente corto y puede realizarse desde cualquier lugar, a cualquier hora del día o de la noche.
En Mateo 10: 8, “San Mateo dice que lo que has recibido como un regalo, lo des como regalo”, dijo el obispo Mulvey. “Debemos recordar siempre, que la vida de todos es un regalo y la verdadera gratitud se expresa cuando estás dispuesto a devolver y compartir lo que tienes”.
“Estamos agradecidos de que el obispo Mulvey haya querido compartir su historia porque es muy importante que tengamos líderes como él que promuevan nuestra misión global de salvar vidas”, dijo Mondragon.