Año con año la comunidad parroquial de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos Madre de la Iglesia, celebra la tradicional fiesta del cambio de vestido de la Virgen en el día de la Candelaria; es una fiesta donde se conjugan una serie de tradiciones, muchas de ellas provenientes de los primeros misioneros españoles adaptadas a las festividades de los pueblos indígenas para su evangelización.
Estas tradiciones están muy arraigadas entre las comunidades inmigrantes de Latinoamérica, que en el área de Corpus Christi han encontrado su hogar en la Iglesia Católica y de manera especial en la Parroquia de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos Madre de la Iglesia.
La fiesta de La Candelaria conmemora tres acontecimientos: La Purificación de María, La presentación del Niño Jesús al templo y el encuentro del Niño Jesús con el anciano Simeón y la profetiza Ana.
Previo a la celebración se llevaron a cabo tres días de preparación en oración, con la práctica del Rosario, charlas y meditaciones sobre la Virgen María como mujer de oración, de servicio y en silencio, para terminar con la Santa Misa cada día; todo a cargo del Padre Gerardo Macias y la coordinación del Ministerio Mariano. “Esta conmemoración está inspirada en las palabras de Simeón que llamó a Nuestro Señor la Luz de la Revelación, (Lucas 2,32)…para que la Luz de la que habla Simeón sea reflejo de la Luz de Jesús en nuestros corazones, porque lo hemos elegido para ser el reflejo de la Luz de Dios”. Dijo el Padre Gerardo durante su homilía. El cambio del vestido de la Virgen se refiere a un cambio interior que alimenta el espíritu de renovación en preparación de la Cuaresma, como un nuevo principio que fortalece la fe y la confianza en la Luz de Cristo.
La ceremonia del 2 de febrero, dίa de La Candelaria fue precedida por el Obispo- Emeritus, Edmond Carmody, D.D. quien apoyó primeramente, la devoción a la Virgen bajo la advocación de San Juan de los Lagos y quien junto con el Padre Gerardo Macias dieron principio a la bendición de los asistentes. Algunos llevaban imágenes del niño Dios, y otros cirios o candelas. Poco después se inicio la procesión caminando con la Virgen hasta llegar a la iglesia donde se celebró la Santa Misa acompañada del coro de Mariachis que alegró y emocionó a los feligreses.
Antes de concluir con la ceremonia Eucarística, el Obispo Carmody se dirigió a la comunidad y los instó a seguir viviendo la Fe verdadera. Recordó que hace algunos años visitó la provincia de México y experimentó que en cada casa se vivía una Fe verdadera donde nunca faltaba un altarcíto, una biblia y una cruz. “Su casa es una ‘Iglesia doméstica’ donde debe practicarse la Fe verdadera y es una vocación muy fuerte la que ustedes tienen por guardar y entregar a sus hijos la Fe verdadera. La Palabra viva del Señor, una imagen de la Virgen y una Cruz, en cada casa. Guardar y entregar la fe, es venir a Misa los domingos, asistir a las clases de catecismo o educación religiosa, recibir la Gracia del Señor en los sacramentos. Casarse por la Iglesia y no solo por el civil” Dijo el Obispo Carmody.
Después de la Misa, los feligreses compartieron momentos fotográficos con la Virgen y se dirigieron a convivir una deliciosa cena mexicana y a participar como una gran familia, de sus experiencias recientes, sus peregrinajes y los favores recibidos desde el cielo por la gracia de Dios.