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Es un desafío que el padre Mathias abraza a diario. Él ha estado trabajando como capellán durante 13 años, y su experiencia le ha dado una mayor perspectiva y comprensión de este ministerio de vital importancia.
“Mi objetivo es estar allí con los pacientes y sus familias mientras atraviesan por tiempos difíciles”, dijo el padre Mathias. “Es importante para mí estar allí de una manera compasiva, solidaria, acompañándolos en su sufrimiento”.
El padre Mathias piensa que su ministerio encapsula el espectro completo de la vida y la muerte. Estar presente en una variedad de escenarios le ha permitido obtener un sentido de conciencia cada vez más profundo sobre el vínculo que existe, entre la vida y la muerte.
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Su presencia como capellán es importante: tanto en los momentos en que una familia le da la bienvenida a un bebé recién nacido, como cuando una familia enfrenta la pérdida de un ser querido. Él ve ambas situaciones como una afirmación de la vida, independientemente de si la ocasión es alegre o triste. Dice que lo más importante para él es estar allí siempre, bien sea que alguien necesite rezar o que necesite consuelo.
“La parte más satisfactoria es que estoy allí para ofrecer no solo los últimos ritos sino también otros sacramentos, como la reconciliación y la comunión”, dijo. “En mi ministerio es muy frecuente, establecer relaciones con las personas con las que hablo, y eso es muy reconfortante tanto para ellos como para mí”.
Esa satisfacción y afabilidad es también algo que el Capellán Ray Claveria se esfuerza por ofrecer a las familias y pacientes en su papel de capellán contratado por el Hospital Christus Spohn y por el Hospital Bay Área. El capellán Ray cita la pérdida de su propio hijo hace años, como la guía espiritual mediante la cual puede ejercer su ministerio en oración, a los pacientes y a las familias a las que sirve.
“Me concentro en el Nuevo Testamento y en todas las cosas que hizo Jesús”, dice Claveria. “Vino para mostrarnos el camino a casa y que nuestro tiempo en esta tierra es un viaje. Jesús quiere que comprendamos que el resultado final es encontrar nuestro camino a casa y a El”.
Además de su ministerio como capellán del hospital, Claveria celebra reuniones de apoyo para las personas en duelo, todos los martes por la noche en la parroquia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro e incluso ha escrito un folleto de reflexiones llamado Muerte: el regalo de la vida.
“Para muchas personas, la dificultad para lidiar con la muerte se reduce al egoísmo”, piensa Claveria. “La gente no quieren dejar ir, a sus seres queridos, pero siempre se llega al punto en que las personas tienen que permitir que Dios se haga cargo”.
Claveria agrega que su fe no solo ha profundizado su compromiso con su ministerio como capellán, sino que también le ha permitido ver cómo su trabajo le brinda la oportunidad única de caminar una línea delgada entre la vida y la muerte todos los días. Es un camino constante, aunque a veces desafiante, es un camino en el que se continúa profundizando la fe, es de suma importancia confiar en el Señor, al dejarle nuestros problemas a El, en lugar de aferrarnos a ellos.
“No se nos ha prometido un mañana, y el ayer se ha ido, así que hagamos lo mejor que podamos hoy para llegar a donde iremos”, dijo. “Siempre debemos recordar no perder nunca la esperanza ante la pérdida y que las bendiciones están ahí si tan solo abrimos los ojos”.