Con gran amor, alegría y devoción, nos reunimos como familia diocesana para celebrar la Fiesta de Corpus Christi el pasado mes de junio. Juntos dimos honor y alabanza al “ALMA” de la Iglesia. Gracias por sus contribuciones y participación.
Cada uno de nosotros se acerca y recibe la Eucaristía como individuo, pero la Eucaristía se nos da a un “nosotros”. Es la Eucaristía la que nos convierte en el Cuerpo de Cristo, la Iglesia.
No sabemos quiénes somos cuando ignoramos, damos por sentado o no respetamos la Eucaristía como el alma viviente de nuestra existencia cristiana. Sin la comprensión de lo que recibimos o mejor dicho a –Quién- recibimos, la vida pierde su sentido. El trabajo se convierte en una tarea, la enfermedad se ve como una maldición, la vida pierde dignidad, -incluso la vida en el útero-, y la muerte se convierte en algo a lo que hay que temer. Las divisiones y diferencias se arraigan fácilmente entre nosotros.
Al recibir la Eucaristía, les pido, nos invitemos a tomar conciencia de que todas las diferencias que podemos señalar, queden fuera, no deben ni pueden existir entre nosotros, si en verdad somos el Cuerpo de Cristo y estamos unidos en El.
Es mi oración, que, como Diócesis de Corpus Christi, experimentemos cada vez más la presencia viva de Jesús en el Sacramento de la Eucaristía y tengamos la certeza de que cuando cada uno de nosotros recibe la Eucaristía, se está uniendo a los demás en un vínculo espiritual de Unidad con El. “Quién podrá separarnos del amor de Cristo” (Romanos 8:35). Solo nosotros.
Creo que el Espíritu Santo nos está llamando a una renovación como Cuerpo de Cristo, no solo como diócesis, sino como Iglesia. El mundo está dividido. No podemos estar divididos. Somos el alma de la humanidad. Jesús nos dio su Cuerpo y su Sangre para que nuestra vida en unión, como comunidad católica, como discípulos de Jesucristo, podamos dar testimonio a aquellos que se han extraviado.
Damos gracias a Dios por la Eucaristía, Sacramento de vida, amor y unidad. Tomemos fuerza y coraje. Dejemos que la Eucaristía sea el centro de nuestro ser, defina quiénes somos y seamos personas a quienes puedan señalar, que apuntan hacia Dios, simplemente por la forma en que vivimos nuestras vidas.
En 2022, la diócesis celebrará su 110 aniversario. Con alegría los invito al Congreso Eucarístico que tendrá lugar los días 24 y 25 de junio de 2022. Reunámonos entonces como familia y demos testimonio al mundo de que la Eucaristía es nuestra alma, nuestro alimento y nuestro camino a seguir.